sábado, 4 de octubre de 2014

Valor añadido de la auditoría de cuentas.para las pymes.


Valor añadido de la auditoría de cuentas.

Continuamente, en el desarrollo de mi profesión, siempre estoy reflexionando sobre esta cuestión. Aunque las posibles respuestas las podemos tener generalmente claras los colegas de profesión, no tanto es así en nuestros clientes (principalmente pymes). De hecho, creo que nuestra principal dificultad es hacer comprender a nuestros potenciales clientes, ese valor añadido que podemos aportarles. Y mucho más difícil es que tomen la decisión de contratar estos servicios (si no les fuera obligatorio por ley).

En nuestro entorno actual, es ahora más que nunca, cuando las empresas miden muy bien sus costes. Los gastos asumidos son los que, a priori, los administradores consideran imprescindibles para el negocio. En este contexto, es difícil vender un servicio profesional que, si no es de obligado cumplimiento, puede considerarse prescindible.
Además, la sociedad actual en general, se siente maltratada y ávida de justicia; el auditor, grande y pequeño, puede convertirse en el blanco perfecto de sus críticas (tanto por la responsabilidad  asumida como por el desconocimiento general del trabajo que realmente desarrolla), poniendo en duda incluso su función social.

Ante estos dos argumentos quisiera, muy humildemente, como pequeño auditor, exponer mi opinión al respecto, explicando los aspectos positivos de los servicios profesionales de la auditoría de cuentas (principalmente con carácter voluntario), y por tanto el valor añadido que ésta puede ofrecer a las pequeñas y medianas empresas.

Desde un punto de vista legal, la función del auditor es simplemente opinar sobre si los estados financieros cumplen con los principios de contabilidad generalmente aceptados y la normativa contable vigente. El auditor no se considera responsable de decidir si un cliente opera de forma adecuada o no, siempre y cuando las operaciones reflejadas en los estados financieros sean acordes a la Normas Contables establecidas, estén aprobadas y sean legales

Pues precisamente, la función del auditor de opinar sobre el cumplimiento de la normativa contable, es la garantía sobre la que se sustenta la principal diferenciación respecto a otros servicios profesionales, pues dicha opinión tiene responsabilidad frente al público objetivo del informe de auditoría (acreedores, accionistas, trabajadores, bancos, etc…).

La opinión del auditor, debe formarse y estar sustentada bajo la aplicación de unos procedimientos de trabajo (establecidos por las Normas Internacionales de Auditoria NIAS), diseñados para obtener una evidencia suficiente y adecuada sobre los estados financieros de la sociedad auditada. Si el auditor no aplicara dichos procedimientos en el desarrollo de su trabajo de auditoria, se expone a graves sanciones, incluso a la inhabilitación, por parte del organismo regulador, ICAC     

En consecuencia, estamos ante una profesión muy regulada y controlada y, por tanto, ahí es donde se sustenta el valor añadido y carácter diferenciador respecto a otros servicios profesionales, y por el cuál, ofrece al cliente una mayor seguridad, fiabilidad y transparencia sobre la imagen que reflejan sus estados financieros.

A partir de aquí, se fundamenta el valor añadido que puede ofrecer un auditor de cuentas. Es decir, empresas con ciertos riesgos, como por ejemplo:
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      Empresas con un capital social muy dividido o repartido entre diferentes socios. Tener las cuentas anuales auditaras de este tipo de sociedades, ofrece una seguridad añadida a los órganos de administración de la sociedad (como responsables de la formulación de los estados financieros), respecto al resto de socios y resto de usuarios de la información financiera. Actualmente, estamos viendo como muchas empresas tienen luchas internas entre sus socios por no tener una adecuada trasparencia en la gestión o administración de la misma. La función del auditor en este tipo de situaciones, es la de garantizar la transparencia de las cuentas anuales de la sociedad, así como la de complementar la información al resto de socios. Esto podría hacer ahorrar muchos costes en futuros litigios o demandas, por desavenencias entre socios.

·     Empresas con una fuerte deuda bancaria. Además de poder ofrecer a sus entidades financieras una correcta evolución de sus balances y cuentas de resultados, su posición estaría mucho más reforzada si la empresa estuviera auditada. Esto reforzaría la posición de la empresa frente a la entidad financiera, de cara a futuras negociaciones de renovaciones de créditos o búsqueda de nueva financiación.

·     Empresas que operan de forma significativa con entidades o administraciones públicas, o que han recibido subvenciones.

·      Empresas que tenga una imagen de marca muy reforzada. Los estados financieros auditados de estas empresas, añadirían más valor a la marca, de cara a ofrecer una imagen de mayor transparencia y fiabilidad de sus cuentas, lo cual podría ayudar a reforzar su situación comercial.

·    Empresas que necesiten mostrar ante sus principales proveedores estratégicos, una seguridad financiera y de solvencia.  Los estados financieros auditados de estas empresas, podrían ofrecer un plus de garantía y seguridad a sus proveedores estratégicos. Lo cual, podría reforzar su situación de la empresa frente a su proveedor, de cara a alcanzar nuevos acuerdos o mejorar condiciones comerciales.


Podría seguir describiendo otras muchas situaciones que se dan en las relaciones comerciales y empresariales, en las que el trabajo de auditoria podría ser de mucha utilidad. Eso sí, después del trabajo realizado, depende de la propia empresa saber ponerlo en valor frente a sus accionistas, proveedores, clientes, entidades financieras, etc. y saberlo utilizar. De esta forma, es como realmente se le puede sacar partido al servicio de auditoría de cuentas que podamos tener contratado. 

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